David Whitmer

(1805-1888)
A photograph of David Whitmer. He appears to be frowning a bit. His white hair is somewhat unkempt. He wears a midtone coat, dark vest, dark tie or cravat, and white shirt.
Photo Credit: Church History Library
Menciones: DyC 14; 17-18; 30:1-2; 52:25

Por Susan Easton Black

David vivió hasta llegar a la adultez en una zona agrícola en Fayette, Nueva York. En 1828, Oliver Cowdery le confirmó en sus cartas los rumores de la existencia de una “Biblia de oro”. David y su familia, residentes de la ciudad de Fayette, acogieron en su hogar al profeta José Smith y a Oliver Cowdery, provenientes de Harmony, Pensilvania; ahí se completó la traducción del Libro de Mormón. David fue uno de los Tres Testigos del Libro de Mormón y testificó haber visto las planchas de oro y contemplar “una radiante luz brillante que sobrepasaba en brillo incluso al sol del mediodía y a un ser vestido de blanco, y cerca de él una mesa que contenía los artefactos antiguos”[1]. 

El 6 de abril de 1830 David formó parte de la reunión organizativa de la Iglesia como uno de los seis miembros originales. Se reunió con los Santos en Kirtland, Ohio. Para 1831 se unió a los Santos en el condado de Jackson, Misuri, con la esperanza de construir una Nueva Sion. Cuando la persecución contra los Santos estalló en Jackson, David fue expulsado de su hogar al otro lado del río Mississippi hasta el condado de Clay.

El 3 de julio de 1834 fue nombrado presidente del sumo consejo del condado de Clay, y cuatro días más tarde lo nombraron presidente de la Iglesia en Misuri. Su liderazgo fue laudatorio y se reconoció su diligencia en brindar un servicio que ya hacía falta. Pero después de asistir a la inauguración del Templo de Kirtland en marzo de 1836, David flaqueaba en su fe y expresó sentimientos apóstatas contra el liderazgo de José Smith. En 1837 se unió a aquellos de Kirtland, quienes afirmaban que el profeta José buscaba poder y posición en la tierra y que había “abandonado la fe primigenia” y “caído en el error y la ceguera espiritual”[2]. Sus creencias y acciones apóstatas llevaron a David a perder su membresía el 13 de abril de 1838 en Far West, Missouri. Al verse difamado por la excomunión, recurrió a su familia en busca de apoyo. Los Whitmer abandonaron la Iglesia.

David se alejó de la comunión de la Iglesia por el resto de su vida. Evitó afiliarse a cualquier secta religiosa hasta 1846-1847, cuando William McLellin lo convenció de unirse a su iglesia reorganizada. Abandonó su coqueteo con la religiosidad rápidamente.

David le encontró gusto a la comunidad y las oportunidades de negocios en Richmond, Misuri. Fue elegido como miembro del consejo de la ciudad de Richmond por varios períodos y ocupó el puesto de alcalde que estaba vacante de 1867 a 1868. Él era el dueño y propietario de la librería “Livery and Feed Stable of D. Whitmer & Son”, en Richmond.

En la década de 1870, David organizó la Iglesia de Cristo. Su congregación era pequeña, conformada por algunos de sus amigos y familiares. El periódico The Richmond Conservator publicó lo siguiente el 9 de enero de 1885: “Si una vida llena de honradez, benevolencia infalible y de buenas obras durante casi medio siglo marca a un hombre como un buen ciudadano, entonces David Whitmer debería disfrutar de la confianza y la estima de su semejantes”. En 1887 escribió el folleto “An Address to all Believers in Christ” (Un discurso a todos los creyentes en Cristo), en el que revela sus puntos de vista religiosos a sus 82 años y muestra su rechazo al “mormonismo” de Brigham Young.

A través de sus años de indecisión religiosa, debe notarse que su testimonio sobre el Libro de Mormón nunca flaqueó. En su lecho de muerte, David todavía profesaba la verdad del Libro de Mormón. Le dijo a su médico de cabecera, el Dr. Buchanan: “Quiero que diga si estoy en mi sano juicio o no, antes de dar mi último testimonio”. El médico respondió: “Sí, está en su sano juicio”. David entonces profesó a su familia reunida junto a su cama: “Quiero decirles a todos que la Biblia y el registro de los nefitas (Libro de Mormón) es verdadero, por lo que pueden decir que me han escuchado dar mi testimonio en mi lecho de muerte”[3] .

[1]Lyndon W. Cook, ed., David Whitmer Interviews, A Restoration Witness (Orem, UT: Grandin Book, 1991), xiv.

[2]David Whitmer, An Address to All Believers in Christ (Richmond, Mo. n. p. 1887).

[3]Andrew Jenson, Latter Day Saint Biographical Encyclopedia 4 vols. (Salt Lake City: Andrew Jenson History Company, 1901), 1:270.