Casey Paul Griffiths (académico SUD)

William W. Phelps se bautizó poco después de recibir esta revelación. En una carta de 1835, Phelps da la fecha de su bautismo como el 10 de junio de 1831. Sin embargo, varias fuentes diferentes dan la fecha de esta revelación como el 14 de junio de 1831, y en el momento en que se dio la revelación, Phelps no estaba bautizado[1].

En la revelación, el Señor ordena que William sea ordenado élder inmediatamente, un paso que era poco común en la Iglesia temprana. Es posible que el Señor haya reconocido las luchas anteriores que William había experimentado y conocía sus talentos como líder y escritor. William fue uno de los primeros conversos a la Iglesia más influyentes, y las obras producidas por su pluma continúan resonando en la Iglesia de hoy. William escribió las palabras de varios himnos amados de los Santos de los Últimos Días, incluidos “Ya regocijemos”, “Oh Dios de Israel”, “Loor al Profeta”, “If You Could Hie to Kolob” y “El Espíritu de Dios.”

Phelps también poseía un fuerte testimonio del Libro de Mormón, refinado por sus pruebas antes de unirse a la Iglesia. Más tarde escribió sobre la importancia del Libro de Mormón para ayudarlo a unirse a la Iglesia: “Cada vez que he meditado sobre el Libro de Mormón, y he mirado hacia adelante a la gloria que será llevada a cabo por eso y por los siervos de Dios, me he llenado de esperanza; me he llenado de luz; me he llenado de alegría; y me he llenado de satisfacción. ¡Qué volumen tan maravilloso!” ¡Qué glorioso tesoro! Por ese libro aprendí el camino correcto hacia Dios; por ese libro recibí la plenitud del evangelio eterno; en ese libro encontré el nuevo convenio”[2].

(El minuto de Doctrina y Convenios)

Casey Paul Griffiths (académico SUD)

A William se le ordenó acompañar a José Smith y Sidney Rigdon en su viaje a Misuri. Partió junto con ellos el 19 de junio de 1831, solo tres días después de su bautismo. También fue seleccionado para una obra especial: junto con Oliver Cowdery, escribiría libros para las escuelas de la Iglesia “a fin de que también los niños pequeños reciban instrucción” (DyC 55:4). Esta es la primera revelación relacionada con las iniciativas educativas de la Iglesia. Más tarde, a Parley P. Pratt y a otros se les dijo que debía “exist[ir] una escuela en Sion” (DyC 97:3).

En revelaciones posteriores, el Señor dirigió no solo la creación de escuelas para niños, sino también la creación de programas educativos para adultos (DyC 88:78–80). El mandato revelador de William W. Phelps de servir como educador en Sion sirve como precursor del énfasis de la Iglesia en la educación. A lo largo de su historia, la Iglesia se ha involucrado en una gran variedad de programas educativos. El élder Dieter F. Uchtdorf resumió sucintamente el enfoque de la Iglesia hacia la educación cuando dijo: “Para los miembros de la Iglesia, la educación no es simplemente una buena idea, sino un mandamiento”[1].

(El minuto de Doctrina y Convenios)