/ Doctrina y Convenios 5 / Comentario
Encuentre comentarios útiles sobre los versículos que aparecen a continuación para comprender mejor el mensaje de esta revelación.
En los versículos 1-4, el Señor declara a José como el primer testigo del Libro de Mormón. Se enfatiza la mayordomía de José sobre las planchas. José probablemente sufrió de una crisis de fe tras la pérdida del manuscrito que tradujo junto con Martin. Se ha especulado que la razón por la que Martin eligió visitar a los eruditos, como Charles Anthon, no fue solo para corroborar la veracidad de los caracteres en las planchas, sino también para solicitar su experiencia en la traducción de los anales [1]. Aquí el Señor afirma que la traducción del Libro de Mormón no será en ningún sentido una traducción tradicional, sino un proceso de revelación otorgado como un don hacia José Smith. El mismo José afirmó la naturaleza divina de este proceso, al simplemente declarar: “Por medio del Urim y Tumim traduje los anales por el poder de Dios”[2].
[1] See Michael Hubbard MacKay, “Git Them Translated: Translating the Characters on the Gold Plates”.
[2] “Church History,” 1 March 1842, 707.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
Casey Paul Griffiths (Académico SUD)
Las palabras del Señor en los versículos 5-10 funcionan como una importante continuación de Su advertencia anterior hacia José, en donde se mostró firme y le dijo: “[P]ero caerás por motivo de la transgresión, si no estás prevenido” (DyC 3:9). Esta revelación, la cual fue recibida casi un año después de la pérdida del primer manuscrito, afirma que José sigue siendo el profeta elegido para esta generación, y que servirá en los últimos días como uno de los instrumentos más importantes en la obra del Señor para restaurar la plenitud del evangelio en la tierra. El Señor le dice a José que si este y otros siervos elegidos, los cuales fueron llamados por Dios, fuesen rechazados, aquellos que ignoren el mensaje estarán rechazando al Señor en esencia. En una revelación posterior, el Señor enseña que: “porque el que recibe a mis siervos, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe a mi Padre; y el que recibe a mi Padre, recibe el reino de mi Padre; por tanto, todo lo que mi Padre tiene le será dado” (DyC 84:36-38).
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Casey Paul Griffiths (Académico SUD)
Esta es la primera insinuación de que habrían otros testigos adicionales del Libro de Mormón. Las indicaciones fueron otorgadas después, cuando José tradujo Éter 5:3, texto en el cual Moroni instruye que “por el poder de Dios se mostrarán a tres”, y en Doctrina y Convenios 17, una revelación es otorgada a los tres testigos, en donde se enumeran los objetos que el Señor tenía intención de mostrarles, además de las planchas (DyC 17:1-2). Junto con Oliver Cowdery y David Whitmer, Martin es elegido como uno de los tres testigos del Libro de Mormón. Las instrucciones que Moroni da en Éter 5 también son dirigidas a José, y le dice: “[T]al vez tengas el privilegio de mostrar las planchas a aquellos que ayudarán a sacar a luz esta obra” (versículo 2), esto eventualmente resultará en el llamamiento de ocho testigos adicionales para el Libro de Mormón. Estos ocho testigos incluyen a muchos miembros de la familia de José, incluido su padre, sus hermanos (Hyrum y Samuel), y otros tantos miembros de la familia Whitmer.
Al mismo tiempo, las instrucciones de Moroni indican que la experiencia de los tres testigos se mostrará “por el poder de Dios” (Éter 5:3). Mientras los ocho testigos observaron y tocaron las planchas, los otros tres testigos vieron la visión milagrosa, contemplaron al ángel y escucharon la voz del Padre, y testificaron sobre la veracidad del libro. Su testimonio, el cual es distribuido en cada copia del Libro de Mormón que se ha impreso desde 1830, permanece como una poderosa afirmación del maravilloso trabajo que hizo José al traducir, y del poder que tiene el don que recibió. Lo más importante es que aquí, el Señor invita a los lectores del Libro de Mormón a recibir su propia manifestación, con la promesa de que Él los visitará “con la manifestación de [Su] Espíritu; y nacerán de [Él]” (DyC 5:16).
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Casey Paul Griffiths (Académico SUD)
En los versículos 19-22 se da una grave declaración cuando el Señor compara las destrucciones de los últimos días con Sus predicciones sobre la destrucción de Jerusalén (José Smith—Mateo 1:18-20). También refuerza la necesidad de que José sea firme en guardar los mandamientos, le promete la vida eterna si este se mantiene fiel. En un momento de presagio, el Señor le dice a José que recibirá su recompensa, “aun cuando [le] quiten la vida” (versículo 22). Después del martirio que sufrieron José y Hyrum Smith, en una revelación a Brigham Young, el Señor confirmó la conexión que había entre el rechazo y el asesinato de los profetas, y con las calamidades venideras de los últimos días, diciendo: “[Y] ahora viene el día de su calamidad, sí, los días de angustia, como la mujer que está de parto; y la angustia de ellos será grande, a menos que se arrepientan cuanto antes, sí, muy pronto. Porque dieron muerte a los profetas y a los que les fueron enviados; y han derramado sangre inocente, la cual clama desde la tierra contra ellos” (DyC 136:35-36).
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Casey Paul Griffiths (Académico SUD)
Hasta este punto, solamente se le proporcionaron a José las instrucciones del Señor con respecto al manuscrito perdido; ahora, en una revelación el Señor le habla a Martin, a quien llamó un “hombre inicuo” en una revelación anterior (DyC 3:12). Si bien el Señor aún reconoce las fallas de Martin, también le hace una promesa significativa: Martin podrá ver las cosas que deseaba, esto probablemente sea una referencia a las planchas. La promesa del Señor, la cual se encontraba condicionada por el arrepentimiento de Martin, se cumplió más tarde cuando fue elegido como uno de los tres testigos. El tono firme que el Señor tiene aquí con Martin debe ser comparado con Su actitud más compasiva, la cual toma hacia él en una revelación que es dada unos meses después. Es ahí en donde el Señor le enseña a Martin que el arrepentimiento es crucial para aliviar el sufrimiento: “Porque he aquí, yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten; mas si no se arrepienten, tendrán que padecer así como yo” (DyC 19:16-17).
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Casey Paul Griffiths (Académico SUD)
Esta revelación tuvo un poderoso efecto tanto en José como en Martin. En el momento inmediato después de recibir la señal, José parece haber superado la crisis de confianza que sufrió a raíz del episodio del manuscrito perdido. Con la llegada de Oliver Cowdery a principios de abril de 1829, José comenzó de nuevo con la traducción, produciendo todo el Libro de Mormón, el cual abarca unos pocos meses, tal como lo conocemos. Las palabras de confirmación del Señor en la revelación, junto con la llegada de Oliver, hicieron que José dejara de tener dudas y volviera a dedicarse completamente a la traducción.
También parece que las palabras del Señor en esta revelación fortalecieron el testimonio de Martin sobre la obra. Martin aceptó la tarea que el Señor le encomendó sobre compartir su testimonio con las personas que le rodeaban. Cuando Martin regresó a Palmyra fue llamado a testificar en un juicio, en el cual Lucy Harris acusó a José de realizar fraude en contra de su esposo. De acuerdo con Lucy Mack Smith, Martin “testificó con valentía y vigor”. Ella escribió: “Cuando se paró, levantó la mano al cielo y dijo: Puedo jurar que desde el día en el que Dios me creó, José Smith nunca ha recibido dinero de mi parte”. Martin también les dijo a los denunciantes que si estos continuaban “resistiéndose a la verdad, algún día esa sería la causa por la que sus almas se condenarían”, lo cual puso fin rápidamente al juicio[1].
[1] History, 1844–1845, bk. 8, 7, JSP.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
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