Oliver no podía traducir. ¿Por qué, si el Señor recién había dicho que él podía? Quería saber y el Señor se lo dijo en la sección 9[1]. Oliver no entendía lo que se necesitaba para traducir por el don y el poder de Dios, y la única forma de poder entender era intentándolo. Empezó pero no pudo continuar.
Sus esfuerzos se vieron socavados porque supuso que todo lo que tenía que hacer era pedir, y el Señor haría el resto. No es así, explica el Señor. Oliver aprendió una lección, las revelaciones se comprenden mejor a través de la experiencia. La revelación es un proceso activo, no pasivo, que requiere una combinación de sensibilidad espiritual y esfuerzo intelectual. Antes de que Oliver entrara en escena, José ya había aprendido el proceso de revelación. José se esforzó mucho para poder traducir, y para aprovechar el poder y el don de Dios. Debido a la explicación del Señor y a que falló en poder traducir, Oliver adquirió un respeto por el don de José que nunca perdería, y obtuvo conocimiento sobre el proceso de revelación que nunca olvidaría[2].
El proceso de la revelación generalmente se aprende después de lidiar con él por un tiempo, se adquiere experiencia tanto con su sentir en el corazón como en la mente, para luego aplicarlo, como el Señor le dijo a Oliver que hiciera en la Sección 8. Esta receta para recibir la revelación es totalmente contraria al dicho popular: “Solamente necesitas orar”. La revelación rara vez es tan sencilla de obtener. El Señor le prometió a Oliver oportunidades para traducir más adelante, pero por ahora su deber era terminar lo que había comenzado, fungir como escriba del Libro de Mormón. Oliver fue fiel a ese cargo, como atestiguan los manuscritos de su puño y letra[3]. Años más tarde testificó: “Ese libro es verdadero. Sidney Rigdon no lo escribió. El señor Spaulding no lo escribió. Lo escribí yo mismo, tal como salió de los labios del profeta”[4].
[1] “Revelation Book 1”, pág. 14, The Joseph Smith Papers, consultado el 22 de julio de 2020.
[2] Oliver Cowdery, Norton, OH, to William W. Phelps, September 7, 1834, LDS Messenger and Advocate, October 1834, 1:14.
[3] Printer’s Manuscript of the Book of Mormon, circa August 1829-circa January 1830. Book of Mormon Original Manuscript (1829).
[4] Véase Reuben Miller’s journal, 1848-1849, Church History Library, MS 1392.
Del minuto de Doctrina y Convenios
En la historia oficial de José Smith, Doctrina y Convenios 9 aparece sin ninguna explicación o introducción directamente después de la sección 8[1]. Del texto de la revelación se desprende claramente que Oliver intentó traducir, pero no tuvo éxito. El Señor se toma el tiempo para explicarle amablemente a Oliver por qué no pudo traducir.
Véase la introducción histórica, “Revelation, abril de 1829–D [DyC 9]”, pág. 20, The Joseph Smith Papers, consultado el 25 de septiembre de 2020, https://www.josephsmithpapers.org/paper-summary/revelation-april-1829-d-dc-9/1.
[1] History, 1838–1856, vol. A-1, 17.
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