El Libro de Mormón enseñó la necesidad del bautismo autorizado de los creyentes que hacen convenios y rinden cuentas. Se agregó la sección 20, especificando más el método y los criterios para el bautismo. Sin embargo, cuando hay personas “muy morales y sin duda tan buenas como se pueden encontrar en cualquier parte […] vinieron, diciendo que creían en el Libro de Mormón, y que habían sido bautizados en la Iglesia Bautista”, José no supo qué decirles. Le preguntó al Señor y recibió la sección 22[1].
Los reformadores del siglo XVI fueron llamados despectivamente anabautistas (“rebautizadores”) cuando siguieron la práctica bíblica de sumergir a los creyentes responsables, incluidas las personas ya bautizadas cuando eran bebés. El líder bautista estadounidense Francis Wayland defendió esta práctica. “No nos consideramos para volver a bautizar”, escribió, “sino para bautizar a los que nunca se han sometido a esta ordenanza”[2].
La sección 22 presenta el mismo caso. El Señor declara que los “convenios antiguos” han “abroga[do]” porque ha restaurado “un convenio nuevo y sempiterno, el mismo que fue desde el principio” (DyC 22:1). Así que incluso un hombre bautizado cien veces no habría entrado por la “puerta estrecha” obedeciendo una ley irrelevante, por “obras muertas” (vv.2–3). El Señor dio el nuevo convenio debido a estas obras muertas.
Oliver Cowdery predicó que hasta que el Señor restauró el bautismo autorizado, “las ordenanzas del Evangelio no se han administrado con regularidad desde los días de los apóstoles”[3]. Su enseñanza fue comprendida por los conversos que acudieron en masa al convenio restaurado. Fue impopular para otros[4].
[1] Orson Pratt, en Journal of Discourses, November 2, 1873, 16:293–94. Véase también “History, circa June 1839–circa 1841 [Draft 2]”, p. 38, The Joseph Smith Papers, consultado el 23 de septiembre de 2020.
[2] Francis Wayland, Notes and Principles on the Practices of Baptist Churches (Nueva York: Sheldon, Blakeman, 1857), 98.
[3] “The Golden Bible”, Painesville Telegraph, 16 de noviembre de 1830, [3].
[4] “Mormonism”, Painesville (OH) Telegraph, 15 de febrero de 1831, [1]; Thomas Campbell, “The Mormon Challenge”, Painesville Telegraph, 15 de febrero de 1831, [2].
Del minuto de Doctrina y Convenios
La revelación encontrada en la sección 22 fue dada poco después de la organización de la Iglesia. La primera copia fechada de la revelación, un manuscrito a mano por William E. McLellin, registra que la revelación fue dada el 16 de abril de 1830[1]. En un discurso pronunciado en 1872, el élder Orson Pratt proporcionó el siguiente contexto para su recepción: “Esta es la razón por la cual el Señor le ordenó a este pueblo, los Santos de los Últimos Días, que volviera a bautizar a todas las personas que habían acudido a ellos profesando que habían sido bautizados antes. En los inicios de esta Iglesia habían ciertas personas, las cuales eran pertenecientes a la denominación Bautista, que eran muy moralistas y sin duda de que eran tan buenas como se puede encontrar en cualquier parte, vinieron diciendo que creían en el Libro de Mormón y que habían sido bautizados en la Iglesia Bautista, y deseaban pertenecer a nuestra Iglesia. En ese momento, el profeta José no había indagado mucho acerca de este asunto, pero le preguntó al Señor y recibió una revelación de su parte[2].
Cuando el historiador de la Iglesia, John Whitmer, copió la revelación, le proporciono el siguiente título: “Una revelación dada a José el Vidente. Algunos se encontraban ansiosos por unirse a la Iglesia sin volver a bautizarse, y José le preguntó al Señor y recibió la siguiente respuesta”[3].
COPYRIGHT 2020 BOOK OF MORMON CENTRAL: A NON-PROFIT ORGANIZATION. ALL RIGHTS RESERVED. REGISTERED 501(C)(3). EIN: 20-5294264