Comentario sobre DyC 71

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Encuentre comentarios útiles sobre los versículos que aparecen a continuación para comprender mejor el mensaje de esta revelación.

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Casey Paul Griffiths (académico SUD)

 

José y Sidney fueron llamados a esta misión en gran parte para refutar las falsedades difundidas por Ezra Booth y Symonds Rider. Si bien la apostasía de Booth se explica detalladamente en las cartas que le escribió al Ohio Star, las razones por las que Symonds Rider se convirtió en detractor de la Iglesia son menos claras. Una posible razón de su partida puede ser que, según un rumor popular, el nombre de Rider estaba mal escrito en su llamado a la misión, y este error produjo su apostasía. Esta historia se remonta al reverendo Burke A. Hinsdale, un amigo de Rider, quien declaró: “Llegó [la] asignación [de Symonds Rider] y descubrió que su nombre estaba mal escrito. ¿El Espíritu Santo era tan falible como para fallar incluso en la ortografía?”. Tras un análisis más detenido, las razones de la disensión de Rider son indudablemente más complejas.

 

Una muestra de que las razones de Rider son más complicadas es que existe una copia de la revelación con la propia letra de Symonds Rider, y en esta copia, escribe mal su propio nombre como “Simonds”. Los miembros de la Iglesia Campbelita de la que Rider formaba parte, comúnmente también escribían mal su nombre como “Simonds”. Además, Rider pudo haber usado diferente ortografía para su nombre en diferentes momentos, y él mismo nunca menciona el error ortográfico en sus propios escritos. Teniendo en cuenta estos y otros factores, es poco probable que el error de ortografía fuera un factor importante en su decisión de apostatar[1]. Tal factor sería irónico porque, en Doctrina y Convenios (2013) actual, la ortografía del nombre de Rider no coincide con la de su lápida, donde el nombre está escrito como “Symonds Ryder”. En Doctrina y Convenios, el nombre se escribe como “Simonds Ryder” (DyC 52:37). En los documentos producidos para el proyecto José Smith Papers, el nombre se escribe: “Symonds Rider”[2]. Todos estos intentos son conjeturas basadas en las múltiples formas en que Rider parece haber escrito su propio nombre.

 

Una razón más probable de la desavenencia de Rider fue su preocupación por la ley de consagración, la cuál se publicó en febrero de 1831 (DyC 42:30–42). Mientras otros élderes de la Iglesia partieron en misiones en la primavera de 1831, Rider se quedó en Ohio, obsesionado con la ley de consagración. Más tarde le dio una copia de la ley (DyC 42) al Western Courier. En un relato proporcionado por el reverendo Hinsdale, Rider le escribió a un amigo, diciendo: “Cuando [José Smith y otros líderes de la Iglesia] fueron a Misuri para poner los cimientos de la espléndida ciudad de Sion y del templo, dejaron sus escritos. Esto dio a sus nuevos conversos la oportunidad de familiarizarse con la organización interna de su iglesia, lo que les reveló el horrible hecho de que se había tramado un plan para quitarles sus propiedades y ponerlas bajo el control del profeta José Smith”[ 3].

 

Cualesquiera que fueran sus razones para alejarse de la Iglesia, Rider se convirtió en uno de los enemigos más acérrimos de José Smith. Cocinándose a fuego lento durante el invierno de 1831-1832, su rencor alcanzó su punto de ebullicción el 24 de marzo de 1832, cuando Rider y Booth encabezaron un ataque del populacho en contra la casa de John Johnson donde se alojaba José Smith. El Profeta y Sidney Rigdon fueron brutalmente golpeados, cubiertos de brea y plumas por el populacho. Symonds Rider nunca fue llevado ante la justicia por esta acción y permaneció como élder en la Iglesia Campbelita hasta su muerte, en 1870.

 

[1] Mark Lyman Staker, Hearken O Ye People: The Historical Setting of Joseph Smith’s Revelations, 2009, págs. 294–95.

[2] Véase Historical Introduction, Revelation 1 December 1831 [D&C 71], JSP. En este comentario he utilizado la ortografía elegida por el proyecto Joseph Smith Papers.

[3] Citado en Black, Who’s Who in the Doctrine and Covenants, pág. 257.

(El minuto de Doctrina y Convenios)

5-11

Casey Paul Griffiths (académico SUD)

 

A veces, los miembros de la Iglesia deben poner la otra mejilla ante sus enemigos, pero en otras ocasiones, deben responder y refutar las falsedades que se dicen acerca de su fe. En esta revelación, el Señor instruyó a José y Sidney: “Confundid, pues, a vuestros enemigos; invitadlos a discutir con vosotros en público y en privado” (DyC 71:7). Siguiendo las instrucciones de esta revelación, Sidney Rigdon pagó al Ohio Star para que añadiera un aviso en el periódico desafiando a Ezra Booth y Symonds Rider a un debate público sobre sus acusaciones. Sidney anunció su intención de predicar en la escuela de ladrillos en Ravenna el día de Navidad e invitó a Booth y Rider a reunirse con él allí para impugnar sus afirmaciones. Ninguno de los dos aceptó el desafío de Sidney[1].

 

La reunión celebrada en Ravenna el día de Navidad de 1831 fue solo una de las muchas reuniones que se llevaron a cabo durante este tiempo para disipar las falsedades difundidas por Booth y Rider. Los registros de la historia posterior de José Smith afirman:

 

Desde esa fecha hasta el 8 o 10 de enero de 1832, el élder Rigdon y yo continuamos predicando en Shalersville, Ravenna y otros lugares, estableciendo la verdad y defendiendo la causa de nuestro Redentor; demostramos que el día del juicio caería sobre esta generación como ladrón en la noche, que el prejuicio, la ceguera y la obscuridad llenaban la mente de muchos y les hacían perseguir a la verdadera Iglesia y rechazar la verdadera luz. Con esto logramos calmar los sentimientos que se habían agitado a causa de las cartas que Ezra Booth, a quien antes cité como apóstata, había citado en el Ohio Star de Ravenna.

José y Sidney respondieron a los antimormones (como se les llamaba entonces) de su época, pero ¿cómo respondemos a aquellos que buscan derribar la fe de otros en nuestros días? Lawrence E. Corbridge, miembro del Cuórum de los Setenta, dijo una vez que su asignación como autoridad general era leer muchas de las publicaciones escritas para atacar la fe de los miembros de la Iglesia. Señaló la interminable serie de preguntas planteadas por aquellos que buscan destruir la fe y luego dio este consejo:

 

Empiecen respondiendo las preguntas principales. Hay preguntas principales y preguntas secundarias. Primero respondan las preguntas principales. No todas las preguntas son iguales y tampoco todas las verdades lo son. Las preguntas principales son las más importantes. Todo lo demás está subordinado. Solo hay unas pocas preguntas principales. Mencionaré cuatro de ellas:

1. ¿Existe un Dios que es nuestro Padre?

2. ¿Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador del mundo?

3. ¿José Smith fue un profeta?

4. ¿La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el reino de Dios en la tierra?

Por el contrario, las preguntas secundarias son interminables. Incluyen preguntas sobre la historia de la Iglesia, la poligamia, las personas de ascendencia africana y el sacerdocio, las mujeres y el sacerdocio, cómo se tradujo el Libro de Mormón, la Perla de Gran Precio, el ADN y el Libro de Mormón, el matrimonio homosexual, los diferentes relatos de la Primera Visión y así sucesivamente.

Si responden las preguntas principales, las preguntas secundarias se contestan por ende, o palidecen en importancia y ustedes pueden lidiar con las cosas que comprenden y las que no, y las cosas con las que están de acuerdo y las cosas que no, sin desertar”[3].

[1] Staker, Hearken, O Ye People, pág. 301.

[2] Joseph Smith—History, vol. A-1, pág. 179, JSP.

[3] Lawrence E. Corbridge, “Stand Forever”, BYU Devotional, January 27, 2019.

(El minuto de Doctrina y Convenios)