Encuentre comentarios útiles sobre los versículos que aparecen a continuación para comprender mejor el mensaje de esta revelación.
Casey Paul Griffiths (académico SUD)
El contexto inmediato de esta revelación es importante para comprender cómo se ha desarrollado la revelación. En la versión más antigua, la frase “reglamentar y establecer los asuntos del almacén para los pobres de entre mi pueblo” no estaba presente. En cambio, la revelación decía: “[E]s necesario que haya una organización de los establecimientos literarios y mercantiles de mi iglesia”[1]. La revelación se refería a un grupo de líderes de la Iglesia, conocido como la Firma Unida, que había consagrado sus propiedades para asegurar la impresión de las Escrituras y otras publicaciones de la Iglesia (DyC 70:1–5). La firma también se conocía como Orden Unida y Orden de Enoc[2]. Este grupo hizo un convenio para vivir una iteración de la ley de consagración en la que dieron de sus recursos para ayudar a asegurar la impresión de las Escrituras. A cambio, sus familias fueron provistas con los fondos recaudados de la venta de las Escrituras, y los fondos excedentes se utilizaban para el funcionamiento de la Iglesia y para comprar tierras para los santos en Ohio y Misuri.
Cuando se publicó Doctrina y Convenios en 1835, la Firma Unida se había reorganizado como se indica en otra revelación (DyC 104) que proporcionaba a los miembros individuales una mayordomía específica. Sin embargo, los principios que se encontraban en la revelación seguían siendo valiosos para guiar a la Iglesia en sus intentos de vivir la ley de consagración, por lo que la revelación se editó con una nueva redacción que se ajustaba mejor a las necesidades generales de la Iglesia. La palabra firma, que aparecíaen la revelación, también fue reemplazada por orden (DyC 78:8). La Orden Unida se refería solo a este grupo, pero a fines del siglo XIX y principios del XX se hizo común que los líderes de la Iglesia se refirieran a la Orden Unida y la ley de consagración como la misma cosa.
[1] Revelation, 1 March 1832 [DyC 78], JSP.
[2] Cook, The Revelations of the Prophet Joseph Smith, 1985, pág. 167.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
Casey Paul Griffiths (académico SUD)
En esta revelación, el Señor dice que el establecimiento de la ley de consagración es necesario “para la salvación del hombre” (DyC 78:4). Puede parecer una declaración demasiado exagerada, pero estos versículos explican por qué la consagración fue y sigue siendo una ley tan importante para los miembros de la Iglesia. El élder Dieter F. Uchtdorf ha enseñado: “Como las dos caras de una moneda, lo temporal y lo espiritual son inseparables. . . . Lamentablemente, hay quienes pasan por alto lo ‘temporal’ por considerarlo menos importante. Valoran lo espiritual y minimizan lo temporal. Aunque es importante que nuestros pensamientos se inclinen hacia el cielo, perdemos la esencia de la religión si [no nos interesamos por] nuestros semejantes”[1].
El Señor enseña un principio similar en estos versículos. Para ser iguales en las cosas celestiales, debemos esforzarnos por estar unidos en las cosas terrenales. Aquellos que se aferran demasiado a sus bienes temporales tendrán dificultades para vivir las leyes del Evangelio y alcanzar la exaltación. La consagración fue y es un convenio sagrado para los miembros de la Iglesia, especialmente para aquellos que han hecho convenios en el templo. El Señor advierte que aquellos que abusen o violen la ley de consagración perderán su cargo y posición y serán entregados a los bofetones de Satanás. En particular, aquellos que hagan mal uso de los fondos sagrados de la Iglesia o se aprovechen de la confianza de los miembros de la Iglesia para obtener beneficios económicos están sujetos a severas sanciones.
[1] Dieter F. Uchtdorf, “El proveer conforme a la manera del Señor”, Conferencia General, octubre de 2011.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
Casey Paul Griffiths (académico SUD)
Aunque la ley de consagración pide a los miembros de la Iglesia que dependan y confíen unos en otros y en sus líderes, el Señor instruye a la Iglesia a permanecer independiente. La autosuficiencia es un término que se usa junto con la consagración. Brigham Young aconsejó a los miembros de la Iglesia: “Santos de los Últimos Días, aprendan a proveerse su propio sostén. Si no pueden obtener todo lo que desean para hoy, aprendan a privarse de lo que no puedan comprar y pagar; y acostumbren su mente al concepto de que deben y que habrán de vivir dentro de sus propios medios” [1].
Lo que la Iglesia pide a sus miembros, también se lo pide a sí misma. El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “Con respecto a las finanzas de la Iglesia, seguimos dos principios básicos y fijos: Uno, que la Iglesia no gaste mas de lo que reciba. Y dos, que se aparte un porcentaje fijo de los ingresos para tener ciertas reservas, a fin de estar preparados para épocas difíciles” Durante años la Iglesia ha enseñado a sus miembros el principio de almacenar alimentos y ahorrar dinero para casos de emergencia. Hemos tratado de aplicar el mismo principio a la Iglesia, como institución” [2].
[1] Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Brigham Young, 1997, 231.
[2] Gordon B. Hinckley, “La situación de la Iglesia”, Conferencia General de abril de 1991.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
Casey Paul Griffiths (académico SUD)
José Smith añadió la última cláusula del versículo 15 y todo el versículo 16 durante la publicación de Doctrina y Convenios de 1835. Para entonces, José Smith había recibido una revelación acerca de que Adán-ondi-Ahmán era el lugar donde Adán reunió a su posteridad para darles una bendición final antes de su muerte (DyC 107:53–57). Más tarde, Spring Hill en Misuri se identificó como la ubicación de Adán-ondi-Ahmán (DyC 116).
El Señor también identifica la autoridad de Miguel como segunda a la de Jesucristo mismo, o el Muy Santo. Si bien muchas religiones menosprecian a Adán por su papel en la Caída, las revelaciones de Doctrina y Convenios lo sostienen como Miguel, el ángel que luchó contra Satanás y sus secuaces en la premortalidad (Apocalipsis 12:7–9). José Smith enseñó más tarde:
El sacerdocio se dio primeramente a Adán; él recibió la Primera Presidencia y tuvo las llaves de ella de generación en generación. La recibió en la Creación, antes de que se formara el mundo, como se ve en Génesis 1:26, 28 [y] se le dio dominio sobre toda criatura viviente. él es Miguel el Arcángel, de quien se habla en las Escrituras. Después se dio a Noé, que es Gabriel; éste sigue a Adán en la autoridad del sacerdocio; él fue llamado de Dios a este oficio y fue el padre de todo ser viviente de sus días y a él le fue dado el dominio. Estos hombres tenían llaves primeramente en la tierra y luego en los cielos. El sacerdocio es un principio eterno, y existió con Dios desde la eternidad y existirá por la eternidad, sin principio de días ni fin de años [1].
[1] Discourse, between circa 26 June and circa 4 August 1839–A, según lo informado por William Clayton, págs. 11-12, JSP.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
Casey Paul Griffiths (académico SUD)
Doctrina y Convenios 78:20 usa un término, “Hijo Ahmán”, que hace referencia a un documento, “Respuestas a preguntas”, que se convirtió en Doctrina y Convenios 77. El documento está escrito a mano por el historiador de la Iglesia John Whitmer y está etiquetado como “A Sample of pure Language given by Joseph the Seer” (Una muestra de lenguaje puro dada por José el Vidente). Lo que sigue es el texto de ese pronunciamiento:
Pregunta | ¿Cuál es el nombre de Dios en lenguaje puro? |
Respuesta | Awmen. |
P | ¿El significado de la palabra pura A [w] men? |
R | Es el ser que hizo todas las cosas en todas sus partes. |
P | ¿Cuál es el nombre del Hijo de Dios? |
R | El Hijo Awmen. |
P | ¿Qué es el Hijo Awmen? |
R | Es la más grande de todas las partes de Awmen, que es la Deidad, el primogénito. |
P | ¿Qué es el hombre? |
R | Esto significa Hijos Awmen, la familia humana los hijos de los hombres la mayor parte de Awmen, hijos del Hijo Awmen |
P | ¿Cómo se llaman los Ángeles en lenguaje puro? |
R | Awmen Angls-men |
P | ¿Cuál es el significado de estas palabras? |
R | Los siervos ministrantes de Awmen Santificados que son enviados desde el cielo para ministrar a los Hijos Awmen, la mayor parte de Awmen Hijo. Hijos Awmen Hijo Awmen Awmen [1] |
Aparentemente, la ortografía del nombre de John Whitmer era fonética, porque en esta y otras revelaciones el nombre se escribe como “Hijo Ahmán” (véase DyC 95:17). En la traducción de José Smith del libro de Génesis se enseña que “en el lenguaje de Adán, su nombre es Hombre de Santidad, y el nombre de su Unigénito es el Hijo del Hombre, sí, Jesucristo” (Moisés 6:57). Si el lenguaje puro al que se hace referencia en este documento es el mismo que el de Adán, entonces el nombre de Dios es Ahmán, o Hombre de Santidad.
[1] Sample of Pure Language, between circa 4 and circa 20 March 1832, p. 144, JSP.
(El minuto de Doctrina y Convenios)
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