Comentario sobre DyC 95

/ Doctrina y Convenios 95 / Comentario

Encuentre comentarios útiles sobre los versículos que aparecen a continuación para comprender mejor el mensaje de esta revelación.

1-6

Casey Paul Griffiths (académico SUD)

 

El Señor reprende a los santos por su desidia en comenzar la obra de edificación de la casa del Señor en Kirtland. En marzo de 1833, Levi Hancock plasmó en su diario parte de la frustración que sentían los líderes de la Iglesia debido a la falta de iniciativa de los santos para construir el templo. Escribió que los miembros de la Iglesia de Kirtland “no tenían un lugar para adorar”. Hancock señaló: “Jared Carter pasó con un papel de suscripción para conseguir firmantes. Yo firmé dos dólares. Consiguió un poco más de treinta y se lo presentó a José; el Señor no lo aceptó y dio la orden de construir un templo”[1].

 

Según Lucy Mack Smith, los santos de Kirtland también ignoraron la importancia del edificio que estaban construyendo. Ella registró: “Se convocó una reunión de consejo en la que José pidió a los hermanos que, uno por uno, se levantaran y expresaran su parecer, y al concluir ellos él les diría su opinión… Algunos pensaban que sería mejor construir una casa con estructura de madera. Otros opinaban que una casa de madera era demasiado costosa… y la mayoría acordó construir una cabaña de troncos, e hicieron sus cálculos de lo que podían hacer para construirla. José se levantó y les recordó que no iban a construir una casa para ellos mismos ni para hombre alguno, sino una casa para Dios”. Entonces José declaró: “¿[C]onstruiremos con troncos una casa a nuestro Dios? No, hermanos. Tengo una idea mejor. Tengo el plan de la Casa del Señor que Él mismo ha dado”. Según Lucy, José “les dio entonces el plano completo de la Casa del Señor en Kirtland, y los hermanos quedaron encantados”[2].

 

El uso de la palabra apóstol en el versículo 4 muy probablemente tiene que ver con el significado general del término “un enviado”, ya que el primer Cuórum de los Doce fue llamado casi dos años después de que se recibiera la sección 95. Sin embargo, el Señor hace hincapié en la importancia del templo “a fin de que realice [Su] obra extraña, para que derrame [Su] Espíritu sobre toda carne” (DyC 95:4). Las llaves del sacerdocio entregadas a José Smith en el templo de Kirtland continúan desempeñando un papel clave en la obra de la Iglesia en todo el mundo.

 

[1] Robert J. Woodford, Historical Development of the Doctrine and Covenants, 1974, 2:1222.

[2] Lucy Mack Smith, History, 1844–1845, p. 1, bk. 14, JSP.

(El minuto de Doctrina y Convenios)

7-10

Casey Paul Griffiths (académico SUD)

 

En muchos de los documentos relacionados con esta época, se hace referencia a la casa del Señor como un colegio o escuela[1]. Cuando se completó, el Templo de Kirtland se usó como una construcción de usos múltiples no solo para la educación, sino también para la administración y la adoración. Aquí el Señor enfatiza la investidura que dará a los santos dentro del Templo de Kirtland. Si bien esta investidura era diferente a la ordenanza posterior revelada en Nauvoo que se practica en los templos de hoy, la ceremonia de investidura de Kirtland era una fuente vital de fortaleza para quienes participaban en ella. En un sentido más general, la efusión espiritual que acompañó a la dedicación del Templo de Kirtland sirvió como una especie de investidura para toda la comunidad de santos en Kirtland.

 

El élder Orson Pratt, participante tanto de la ceremonia de investidura de Kirtland como de los días de Pentecostés, durante la dedicación del templo, recordó más tarde: “Dios estuvo presente, Sus ángeles estuvieron allí, el Espíritu Santo estaba entre las personas […], y fueron llenas desde la coronilla de la cabeza hasta las plantas de los pies con poder e inspiración del Espíritu Santo”[2].

 

[1] Véase, por ejemplo, Minutes, 4 May 1833, pág. 20, JSP.

[2] Orson Pratt, “Remarks”, Deseret News, January 12, 1876, pág. 788.

(El minuto de Doctrina y Convenios)

11-17

Casey Paul Griffiths (académico SUD)

 

En contraste con las sugerencias de algunos miembros de la Iglesia de construir el templo como una casa de madera o incluso como una cabaña de troncos, el Señor declara que el templo se edificará “de acuerdo con el modelo que mostrar[ía] a tres de vosotros, a quienes nombraréis y ordenaréis a este poder” (DyC 95:14). El Señor cumplió esta promesa cuando les dio una visión extraordinaria el 3 o 4 de junio a José Smith, Sidney Rigdon y Frederick G. Williams. Williams describió esta visión a los trabajadores del templo: “El carpintero Rolph dijo: ‘Doctor [Williams], ¿qué le parece la casa?’ [Williams] respondió: ‘Creo que se parece exactamente al modelo’”. Williams luego relató lo siguiente:

 

José [Smith] recibió la palabra del Señor de llevar a sus dos consejeros, [Frederick G.] Williams y [Sidney] Rigdon, y presentarse ante el Señor, y Él les mostraría el plano o modelo del edificio que había que construir. Nos pusimos de rodillas, invocamos al Señor y el edificio apareció al alcance de nuestra vista, siendo yo el primero en descubrirlo. Luego todos lo vimos a la vez. Después de ver bien el exterior, el edificio pareció aproximarse, y la composición del Salón parecía coincidir con la que yo había visto allí a detalle[1].

Orson Pratt también confirmó los orígenes visionarios del diseño del Templo de Kirtland. En un discurso pronunciado en 1871, el élder Pratt declaró: “Cuando el Señor ordenó a este pueblo que construyera una casa en la tierra de Kirtland, les dio el modelo por visión del cielo y les ordenó que construyeran esa casa de acuerdo con ese modelo y orden; que la arquitectura, no estuviera de acuerdo con la arquitectura ideada por los hombres, que todo se construyera en esa casa de acuerdo con el modelo celestial que él con su voz había inspirado a sus siervos”[2].

 

[1] Elwin C. Robinson, The First Mormon Temple, 1997, pág. 8.

[2] Journal of Discourses, 14:273.

(El minuto de Doctrina y Convenios)