Al amanecer de 1834, los santos de Misuri eran “exiliados en una tierra de libertad”[1]. Enviaron a Parley Pratt y Lyman Wight a buscar el consejo de José en Kirtland, Ohio. Los mensajeros probablemente llevaron una carta de William Phelps informándole a José que el gobernador de Misuri, Daniel Dunklin, estaba dispuesto a ayudar a los santos a recuperar sus tierras del condado de Jackson, pero que no mantendría una milicia para defenderlas indefinidamente[2]. ¿Vendrían los santos del este a ayudar a Sion? José consultó con sus hermanos, entonces se decidió que “él iría a Misuri para ayudar a redimirlo” y pidió voluntarios para que lo acompañaran. En algún momento de esta secuencia de eventos, el Señor le reveló la sección 103 a José. No está claro si la revelación motivó las acciones de José o las reafirmó después del hecho[3].
Sion dependía de los Santos de los Últimos Días. Habían sido impulsados por personas inicuas que actuaban bajo su propia voluntad. En la sección 103, el Señor promete castigarlos “en [su] propio tiempo” (DyC 103:2–3). Pero los santos fueron expulsados “porque no escucharon del todo los preceptos y mandamientos que les [dio]” (versículo 4, énfasis añadido). El Señor ofrece otra oportunidad en Sion al revelar las condiciones en las que los santos pueden prevalecer contra sus enemigos. Primero, lo declara de manera positiva (qué es lo que pasará si lo hacen, versículos 5-7), luego lo reafirma negativamente (qué sucederá si no lo hacen, versículos 8-10). La sección 103 reafirma la promesa de la sección 58 de que Sion vendrá “tras mucha tribulación” (versículo 12). El Señor califica, que incluso esa promesa está condicionada. “[S]i profanan sus heredades”, dice nuevamente de los santos, “serán derribados” (versículo 14, referencia cruzada de DyC 84:59).
A partir del versículo 15, el Señor traza la forma en que Sion será reclamada “por poder”. Luego, el Señor evoca la sección 101, recordando a los santos su promesa de levantar a un Moisés para guiar a los israelitas modernos. Pide a José que congregue un ejército de Israel. El Señor sugiere que podría volverse violento, tal vez como una prueba para ver quién está dispuesto a “dar su vida por mi causa” (DyC 103:27).
El Señor designa a ocho reclutadores, incluido José, para reunir a quinientos hombres más para marchar a Sion, aunque reconoce que, debido a que son agentes libres, “los hombres no siempre obedecen mi voluntad” y que relativamente pocos pueden responder al llamado. Él prohíbe la tarea a menos que al menos cien hombres estén dispuestos a consagrar sus vidas a Sion. El Señor deja el resultado en manos del albedrío. “Toda victoria y toda gloria os es realizada mediante vuestra diligencia, fidelidad y oraciones de fe” (DyC 103:36).
Heber Kimball describió la acción motivada por la sección 103:
El hermano José … envió mensajeros al este, al norte, al oeste y al sur para congregar a los élderes y, él congregó a tantos hermanos como pudo, con los medios que pudieron disponer para llegar a Sion y brindar toda la ayuda posible a nuestros hermanos afligidos. Recolectamos ropa y otros artículos necesarios para llevar a nuestros hermanos y hermanas que habían sido saqueados; y poniendo nuestros caballos en los carros y tomando nuestros fusiles y municiones, comenzamos nuestro viaje[4].
Eran un grupo vacilante, sin duda, pero dispuestos a dar sus vidas por Sion. El resultado más significativo de la sección 103 es la forma en que se puso aprueba esa resolución. Un periódico local informó sobre la sección 103: “En obediencia a una revelación comunicada a su gran profeta, José Smith, trescientos jóvenes se dirigen ‘bien armados y equipados para defender la tierra prometida en Misuri’”[5]. La revelación parece ser ambigua de forma intencional, dejando a José y sus seguidores sin saber cómo se redimirá Sion. “Por poder”, ellos sabían, pero ¿Qué tipo de poder? ¿Debían tomar la tierra prometida con la fuerza de las armas? ¿Los guiaría el Dios de Israel con un “brazo extendido” (DyC 103:17)? ¿Entregarían sus vidas? La revelación planteó estas preguntas, pero no las respondió, lo que la convirtió en una prueba adecuada de fe y sacrificio (DyC 101:4–5).
El campamento de Israel, como llegó a ser conocido, literalmente caminó con fe, con la fe necesaria para despedirse de la familia y marchar con un pequeño grupo mal equipado hacia un encuentro desconocido por la causa de Sion. Como resultado de la sección 103, el Señor permitió que muchos, aunque no tantos como él pidió, le juraran lealtad a Él y a su causa. Sus vidas eran suyas. Los dejó marchar hasta allí antes de explicarles que el poder para redimir a Sion no vendría de una confrontación en Misuri, sino de una investidura en la casa del Señor en Kirtland (véase la sección 105).
[1] Kenneth H. Winn, Exiles in a Land of Liberty: Mormons in America, 1830–1846 (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 1989).
[2] William W. Phelps to Dear Brethren, December 15, 1833, en The Evening and the Morning Star 2:16 (enero de 1834): 127.
[3] Historical Introduction to Revelation, 24 February 1834 [D&C 103], pág. [7], The Joseph Smith Papers, consultado el 12 de noviembre de 2020.
[4] “Extracto del periódico de Heber C. Kimball”.
[5] “Mormonism”, Huron Reflector (Norwalk, OH), May 20, 1834, [2], itálicas en original.
En noviembre de 1833, los santos del condado de Jackson, Misuri, fueron expulsados de sus hogares. La mayoría de los santos escaparon al cercano condado de Clay, donde con mucho esfuerzo encontraron refugio y sustento adecuados antes de que llegara el invierno. Parley P. Pratt señala: “En todas direcciones se veían cientos de personas, algunas en tiendas de campaña y otras al aire libre alrededor de sus fogatas, mientras la lluvia caía en forma torrencial. Los esposos preguntaban por sus esposas y ellas por sus esposos; los padres buscaban a sus hijos y los hijos a los padres. . . . La escena era indescriptible y, estoy seguro, habría derretido el corazón de muchas personas sobre la tierra, con excepción de nuestros ciegos opresores, y una comunidad ignorante y ciega”[1]. Lyman Wight recuerda: “Yo vi cómo arrearon a ciento noventa mujeres y niños unos 48 km[s.] a través de la pradera, acompañados solo por tres hombres ancianos, en el mes de noviembre, con el terreno cubierto por una fina escarcha; y pude seguirlos con facilidad debido al rastro que dejaba la sangre que brotaba de sus lacerados pies… en el rastrojo de la pradera incendiada”[2].
Se celebró una conferencia entre los santos de Misuri, quienes decidieron enviar a Parley P. Pratt y Lyman Wight a Kirtland para informar a los líderes de la Iglesia sobre la situación de los santos. José recibió la sección 103 el mismo día en que los dos hombres relataron sobre la crisis al sumo consejo en Kirtland. Durante la reunión del sumo consejo, Pratt y Wight preguntaron “cómo y por qué medios Sion iba a ser redimida de [sus] enemigos”[3]. Las actas de la reunión revelan que “el hno. José se levantó y dijo que iba a Sion para ayudar a redimirla”[4]. José pidió voluntarios para que lo acompañaran y hubo entre treinta y cuarenta hombres que se ofrecieron. Luego, el consejo nombró a José para servir como “comandante en jefe de los ejércitos de Israel y el líder de aquellos que se ofrecieron como voluntarios para ir y ayudar en la redención de Sion”[5]. No se sabe si la sección 103 se entregó antes, durante o después de la reunión del sumo consejo en la que José se ofreció como voluntario para viajar a Sion.
El liderazgo de la iglesia inmediatamente comenzó a actuar de acuerdo con los mandamientos presentados en la sección 103. Solo dos días después de que José los recibiera, él y Parley P. Pratt salieron de su casa para comenzar a reclutar voluntarios para ir a Misuri. En las semanas siguientes, Orson Pratt, Orson Hyde, Hyrum Smith y Frederick G. Williams se unieron a los esfuerzos de reclutamiento. Parley luego señala: “[N]uestra misión resultó en la reunión de unos doscientos hombres en Kirtland, con grupos, equipaje, provisiones, armas, etc. para una marcha de mil seiscientos kilómetros, con el propósito de llevar algunos suministros a los afligidos y perseguidos santos de Misuri, y para apoyarlos y fortalecerlos y, si es posible, para influir en el Gobernador del Estado para que convoque a una fuerza adicional suficiente para cooperar en el restablecimiento de sus derechos. Este pequeño ejército fue dirigido por el presidente José Smith en persona”[6]. En los registros de la época de José, este grupo se conoce como el “Campamento de Israel”. Más tarde fue conocido con el nombre de “Campo de Sion”[7].
Véase “Historical Introduction”, Revelation, 24 February 1834 [D&C 103].
[1] Autobiography of Parley P. Pratt, ed. Parley P. Pratt Jr., 1938, pág.102.
[2] Lyman Wight, en “Trial of Joseph Smith”, Times and Seasons, July 15, 1843, pág. 264.
[3] Minutes, 24 January 1834, pág. 41, JSP.
[4] Minutes, 24 January 1834, pág. 42, JSP.
[5] Minutes, 24 January 1834, pág. 42, JSP.
[6] Autobiography of Parley P. Pratt: Revised and Enhanced Edition, 2000, pág. 102.
[7] “El campamento de Israel”, JSP.
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