Después de más de un año de anticipación, José Smith y Oliver Cowdery organizaron la Iglesia de Jesucristo el 6 de abril de 1830, como el Señor lo ordenó. En la reunión organizativa de la Santa Cena, José recibió la sección 21. En esta revelación, el Señor estableció el orden de su Iglesia. El élder Boyd K. Packer enseñó la relación entre orden, ordenación y ordenanzas. Ordenar, dijo, era el proceso de poner las cosas en orden. Él definió una ordenanza como una ceremonia por la cual las cosas se ponen en orden[1]. Considere la sección 21 desde ese punto de vista.

El orden que el Señor quiere está claro por lo que dice la revelación y por cómo lo dice. Jesús se lo revela a José, quien se lo revela a los santos. El Señor autoriza a Oliver para ordenar a José como el primer élder o élder presidente, “siendo esto una ordenanza para ti” (DyC 21:10–11). Oliver será ordenado como segundo élder, nuevamente por ordenanza. El Salvador dirige su Iglesia. José habla en su nombre. El Salvador inspira a José a impulsar la causa de Sion. Los santos sostienen a José y Oliver como sus líderes y prestan atención a sus palabras al mismo tiempo que prestan atención a las palabras del Salvador. Este orden establecido requiere “fe y paciencia” (DyC 21:5).

El primer mandamiento en la revelación es registrar estas cosas. Los actos de poner a la Iglesia del Señor en su orden establecido deben documentarse. La Sección 21 restauró la Iglesia de Jesucristo. Después de casi dos milenios, Jesucristo ordenó y asignó apóstoles debidamente autorizados para dirigir su iglesia. Muchas personas han “deseado”, como alguien escribió, “haber vivido en los días de los profetas o apóstoles, y poder tener guías seguros”. Otros miraban hacia adelante, esperando que el Señor enviara nuevos apóstoles[2]. Esas esperanzas se cumplieron el 6 de abril de 1830. Como dijo José, “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se fundó sobre la revelación directa, como lo ha sido siempre la verdadera Iglesia de Dios, según las Escrituras”[3].