Los miembros de la Iglesia de Ohio, que deseaban aprender su deber y estaban preocupados por su “bienestar espiritual y temporal”, se reunieron el 4 de diciembre de 1831[1]. La iglesia se hizo más grande y más complicada de administrar. Muchos de los santos más capaces, incluido el obispo Edward Partridge, habían emigrado a Misuri para obedecer revelaciones anteriores, dejando a un gran número de santos en Ohio sin obispo. En una revelación un mes antes de la sección 72, el Señor había prometido llamar a otros obispos cuando lo considerara oportuno (DyC 68:14).

Él consideró apropiada la Sección 72, que en realidad es una serie de tres revelaciones relacionadas dadas para responder las preguntas que José y otros estaban haciendo. Los versículos 1 al 8 abordan si es el momento adecuado para el nombramiento de un nuevo obispo y, de ser así, quién debería ser. Los versículos 9–23 describen los deberes del nuevo obispo. A los santos les preocupaba sobrecargar sus recursos al reunirse en Sion en Misuri. No podían, sabiamente, llegar más rápido de lo que el obispo Partridge podía poner a su disposición tierras para heredar. Los versículos 24–26 son una enmienda a revelaciones anteriores, dadas para regular el recogimiento de santos en Sion[2].

“No puedo ver a un obispo en mí “, le dijo Newel Whitney a José después de que la sección 72 lo llamara a ese cargo, “pero si dices que es la voluntad del Señor, lo intentaré”. José respondió a Newel: “No necesitas tomar solo mi palabra. Ve y pregúntale al Padre por ti mismo”. Newel oró en privado pidiendo confirmación y “escuchó una voz del cielo que le decía: ‘Tu fuerza está en mí’”. Encontró a José y le dijo que aceptaría el llamamiento como obispo del Señor[3]. Le confió a su esposa, Ann, “que se necesitaría una gran cantidad de paciencia, perseverancia y sabiduría para magnificar su vocación”[4].

Los primeros obispos como Edward Partridge y Newel Whitney no presidieron los barrios como lo hacen los obispos de hoy. Eso comenzó en la década de 1840. Su deber principal era implementar la ley de consagración. Administraron las propiedades y los bienes del Señor, mitigaron la pobreza, pagaron las cuentas de la Iglesia y literalmente construyeron Sion lo mejor que pudieron. Habiendo recibido su llamamiento y su confirmación por revelación, Newel Whitney hizo todo lo posible para servir como obispo por el resto de su vida. Fue una gran elección para el trabajo. Era un experimentado y hábil administrador de propiedades, inventarios y cuentas. Quizás lo más importante de todo es que sabía que era incapaz de ser obispo a menos que confiara en el Señor para obtener la paciencia, la perseverancia y la sabiduría que necesitaba.

Los obispos eran responsables de ayudar a los miembros de la Firma Unida (“La Orden Unida”, ver sección 70) para que pudieran concentrarse en publicar las revelaciones del Señor y vender ampliamente el Libro de Mandamientos, recaudando así fondos para mantener a sus propias familias y, con suerte, excedentes para beneficiar a la Iglesia. De esta forma, la asistencia del obispo permitiría a los miembros de la Firma Literaria ser administradores fieles y sabios.

La Sección 72 es un modelo para nombrar obispos en todas las grandes ramas de la Iglesia para facilitar la obediencia a la ley de consagración. Si los santos actúan de acuerdo con este modelo, estarán obedeciendo los principios de albedrío de la ley de consagración (actuar por voluntad propia para obedecer la voluntad de Dios), mayordomía (cuidar de la propiedad y los negocios del Señor com se ha ordenado) y la rendición de cuentas (informar al siervo designado por el Señor, el obispo).

Los santos lucharon por obedecer el mandato de la sección 72 de reunirse en Sion solo después de recibir una recomendación del obispo para hacerlo. José escribió a los líderes de la Iglesia en Misuri que se regocijaba con la noticia de que un grupo de santos había llegado allí sanos y salvos, pero “se fueron de aquí bajo este disgusto del cielo”. ¿Por qué? Por “burlarse de la profesión de fe en los mandamientos procediendo en sentido contrario al no cumplir con los requisitos de ellos al no obtener recomendaciones”[5]. William Phelps recordó a los santos la revelación. Escribió en el periódico de la Iglesia que los santos que emigran no serían bienvenidos en Sion “sin recomendaciones regulares”[6]. Lentamente, los santos comenzaron a cumplir con la revelación al recibir recomendaciones antes de mudarse a Misuri[7] .