Después de haber dedicado el oeste de Misuri como Sion y un lugar cerca del palacio de justicia en Independence como el sitio del templo centrado en la Nueva Jerusalén, José Smith y sus colegas buscaron saber qué quería el Señor que hicieran a continuación. El Señor respondió con la sección 60, que John Whitmer describió como un “MANDAMIENTO dado en Missorie Jackson County Independence el 8 de agosto de 1831, instrucciones para que algunos de los élderes regresen a sus hogares y a sus propias tierras”[1].

El Señor les dice a los élderes que planean regresar a Ohio rápidamente que él está complacido con su viaje a Misuri, con la excepción de aquellos cuyos temores les impidieron predicar el Evangelio. Está molesto con ellos y dice que perderán lo que les ha dado si no se lo ofrecen gratuitamente a los demás.

Acerca del viaje de regreso a Ohio, el Señor les dice a los élderes que consigan un bote, el cual les parezca más adecuado para el propósito de navegar por el río Missouri hacia St. Louis. No le importa si lo hacen o lo compran, solo que no pierdan el tiempo. Una vez en St. Louis, José, Sidney Ridgon y Oliver Cowdery se dirigirán a Cincinnati para declarar el evangelio con fe, no con ira.

En alusión a su título del Antiguo Testamento “Yo Soy”, una variación del nombre que se traduce en inglés como Jehová, el Señor les manda “alza[r] manos santas sobre ellos . Porque puedo haceros santos, y os son perdonados vuestros pecados” (DyC60: 7; referencia cruzada de Éxodo 3:14 y DyC68: 6).

Los élderes restantes debían abandonar San Luis en compañerismos y predicar el evangelio a aquellos que aún no se habían arrepentido hasta que llegaran a Ohio. Esto beneficiaría a las ramas de la Iglesia, razón por la cual el Señor dio el mandato. El obispo Partridge debería darles suficiente dinero del Señor para cumplir con sus misiones. Aquellos que pudieran, debían devolverle el dinero al Señor entregando el dinero a Sidney Gilbert, el asistente del obispo.

El Señor también habla de los élderes que se fueron de Ohio a Misuri pero que no llegaron debido a la obra misional en la que participaron en el camino. Él les mandó: “No desperdiciarás tu tiempo, ni esconderás tu talento en la tierra para que no sea conocido” (DyC60:13). Una vez que llegaran a Misuri, ahora Sion, y predicaran allí, debían regresar rápidamente a Ohio, predicando en el camino a aquellos que no se habían arrepentido. Debían predicar minuciosamente, con amabilidad y sin provocar a la gente.

En lugar de condenar abiertamente a quienes optaron por no recibir el evangelio, como hizo Parley Pratt con los creyentes en North Union, Ohio (véase sección 49), los élderes debían dar a entender que habían ofrecido libremente el evangelio lavándose los pies en privado como testimonio, en el día del juicio, de que no ocultaron las buenas nuevas a nadie. Este acto significa que el conocimiento y, por lo tanto, la responsabilidad se han transferido de los misioneros hacia el pueblo.

José y sus compañeros obedecieron la sección 60 y se dirigieron a su hogar en Ohio como se les indicó. El 9 de agosto, José y otros diez hermanos se dirigieron por el río Missouri en canoas con destino a St. Louis[2].