John Johnson

En 1818, John Johnson trasladó a su familia de Vermont a Hiram, Ohio. Compró una granja de cuarenta hectáreas y prosperó. En 1830 era dueño de una finca de 137 hectáreas en la que se encontraba una casa de campo que era la envidia de vecinos cercanos y lejanos. Se afilió a los metodistas en Hiram hasta que se enteró de la Restauración y del profeta José Smith. Con su esposa Elsa Johnson y el ministro metodista Ezra Booth, el padre Johnson fue a Kirtland específicamente para encontrarse con José Smith. Mientras los Johnson y Ezra Booth conversaban con el Profeta sobre la Restauración y las doctrinas de la nueva fe, Elsa fue sanada de reumatismo crónico. De acuerdo con History of the Church,

Durante la entrevista, la conversación nos llevó al tema de los dones sobrenaturales, como los que fueron conferidos en los días de los apóstoles. Alguien dijo: “Aquí está la señora Johnson con un brazo agarrotado; ¿ha dado Dios actualmente algún poder al hombre en la tierra para sanarla?”. Unos momentos después, cuando la conversación tomó otro rumbo, [José] Smith se puso de pie, atravesó el cuarto, tomó a la señora Johnson de la mano y dijo de la manera más solemne e impresionante: ‘Mujer, en el nombre del Señor Jesucristo te mando que seas sana’, e inmediatamente abandonó el cuarto… Elsa se curó instantáneamente y al día siguiente se lavó la ropa “sin dificultad ni dolor”[1].

Su curación milagrosa llevó a John, Elsa Johnson y Ezra Booth a entrar en las aguas bautismales, también a los hijos del padre Johnson, Lyman y Luke.

Emocionados por su nueva fe, los Johnson ofrecieron hospitalidad al profeta José y su familia para que vivieran con ellos en Hiram. José vio su oferta como la respuesta a la instrucción del Señor de buscar “un hogar mis siervos José Smith, hijo, y Sidney Rigdon, según se lo manifieste el Espíritu por medio de la oración” (DyC 63:65). Durante seis meses, José y su familia residieron en la casa de Johnson en Hiram. Su existencia pacífica terminó el 24 de marzo de 1832, cuando un populacho sacó a José de la casa de los Johnson y le puso brea y plumas.

Tras el cruel incidente, el padre Johnson vendió su propiedad en Hiram y se mudó a Kirtland para estar cerca del Profeta. En la ciudad de los santos, dirigió una posada cerca de N. K. Whitney and Co. Store. En la posada, John mostró las momias y los papiros comprados para el Profeta a Michael Chandler.

El 17 de febrero de 1833 John fue ordenado élder y el 4 de junio de 1833, sumo sacerdote. El Señor le prometió “vida eterna, si guarda mis mandamientos desde ahora en adelante—porque es descendiente de José y partícipe de las bendiciones de la promesa hecha a sus padres” (DyC 96:6-7).

A partir de febrero de 1834, John sirvió en el Sumo Consejo de Kirtland (véase DyC 102:3). Durante los siguientes tres años, brindó fiel servicio en ese consejo. Además, proporcionó los fondos necesarios para comprar las propiedades de Peter French en Kirtland. En una parte de esas propiedades, se construyó el Templo de Kirtland.

En 1837, John se enfrentó a una importante recesión financiera. Estuvo involucrado en una serie de demandas, alegando que debía dinero por falta de pago de préstamos privados. El fracaso de la Sociedad de Seguridad Financiera de Kirtland, de la que era accionista, se sumó a sus problemas financieros. A medida que aumentaban sus problemas pecuniarios, John culpó a José Smith de sus pruebas. Incapaz de reconciliar sus pérdidas económicas con la Restauración, perdió la fe en la Restauración y se unió a los disidentes que decían que José Smith era un profeta caído. Con tal actitud, no es sorprendente que el 3 de septiembre de 1837 el servicio continuo de John en el Sumo Consejo de Kirtland fuera “objetado”[2].

El padre Johnson murió el 30 de julio de 1843 en Kirtland a los sesenta y cinco años. Fue enterrado en el cementerio cerca del Templo de Kirtland.

[1] Smith, History of the Church, 1:215-216.

[2] Minutes, 3 September 1837, pág. 236. Joseph Smith Papers.