Doctrina y Convenios 126 es una breve revelación que destaca la labor y el sacrificio de Brigham Young. Brigham había estado continuamente involucrado en el servicio misional desde el momento en que se unió a la Iglesia en 1832. En el momento en que se le dio esta revelación, él acababa de regresar de su período más largo de servicio misional hasta ese momento, pasando casi dos años en las Islas Británicas lejos de su familia.

Cuando Brigham partió en su misión a Inglaterra, su familia enfrentaba circunstancias excepcionalmente difíciles. En un discurso de 1854, describió la inmensa prueba de fe con la que luchó cuando dejó a su familia para viajar a través del Atlántico:

Cuando dejé a mi familia para partir hacia Inglaterra, no era capaz de caminar una milla, no pude levantar un pequeño baúl, que llevaba conmigo, en la carreta. Dejé a mi esposa y a mis seis hijos sin un segundo traje a la espalda, porque habíamos dejado todas nuestras propiedades en posesión del populacho. Todos los miembros de mi familia estaban [sic] enfermos. . . José dijo: “Si vas, te prometo que tu familia vivirá, y tú vivirás, y sabrás que la mano de Dios está en el llamamiento para que vayas a predicar el Evangelio de vida y salvación a un mundo que perece”. … Mi familia vivía… En cuanto a sentirme abatido, o desanimado, o incluso pensamientos como: “Mantendré a mi familia y dejaré que el mundo perezca”, estos sentimientos y pensamientos nunca se me ocurrieron. . . Cuando estuve listo para partir, fui y dejé a mi familia en manos del Señor y con los hermanos[1].

Las reconfortantes palabras que el Señor dio a Brigham de que “ya no te es requerido separarte de tu familia como en lo pasado, pues tu ofrenda me es aceptable” (DyC 126:1) muestran la creciente importancia del firme liderazgo de Brigham y de los demás Apóstoles en Nauvoo. En los años siguientes, Brigham y la mayoría de los Doce estuvieron entre los primeros en recibir las ordenanzas del templo y se convirtieron en confidentes cercanos de José Smith. En una conferencia celebrada unos meses después de que se recibiera la sección 126 en nombre de Brigham, José Smith declaró que “ha[bía] llegado el momento en que los Doce debían ser llamados a ocupar su lugar junto a la Primera Presidencia, y atender el asentamiento de los emigrantes y los asuntos de la Iglesia en las estacas, y ayudar a llevar el reino victorioso a las naciones; y como habían sido fieles y habían soportado la carga en el calor del día, era justo que tuvieran la oportunidad de proveer algo para ellos y sus familias”[2].